El Posicionamiento es posiblemente uno de los conceptos más manejados en el mundo del management actual y, sin embargo, es uno de los peor entendidos a la hora de definirlo y de ponerlo en práctica. Este concepto adquiere una relevancia básica y fundamental. A pesar de ello, son pocas las compañías que acometen una estrategia clara de posicionamiento.
Posicionamiento, es el lugar que ocupa nuestra marca en la mente del consumidor, por tanto, podríamos definirlo como la imagen percibida por los consumidores de mi compañía en relación con la competencia. El primer concepto de importancia es que, efectivamente, el Posicionamiento es una batalla de percepciones entre mi marca y mi compañía y la de los competidores.
Existen tres pilares que son básicos para entender el fenómeno del Posicionamiento.
El primero es el de identidad, que debe ser comprendido como lo que nuestra empresa realmente es.
El segundo es la comunicación, que representa lo que la empresa pretende transmitir al público objetivo.
El tercer pilar es la imagen percibida, que es el cómo realmente nos ven los consumidores, y nuestro público interno, cosa que será comunicada a través de analizar, de manera interna, nuestra identidad corporativa, examinando nuestra misión, visión, cultura, objetivos y atributos a proyectar; y de manera externa, la imagen percibida por los grupos de interés.
#1. Identidad:
Es fundamental tener personal identificado con la filosofía organizacional y con las estrategias que la empresa desea implementar en su ámbito de incumbencia.
Gracias a esa identificación, las actitudes y comportamientos asumidos por los empleados facilitarán el logro de objetivos, además, los esfuerzos por implementar cambios en los sistemas y procesos de trabajo se verán disminuidos.
#2. Comunicación
La comunicación interna no tan sólo se basa en mandar un comunicado o un newsletter por e-mail, sino que se trata de un cambio en la mentalidad empresarial en la que el empleado se integra, se compromete y se identifica con la compañía.
Establecer una correcta comunicación con tus empleados influye directamente en la obtención de un mejor ambiente laboral, una mayor implicación y un aumento del rendimiento del trabajador, en la consecución de objetivos y metas empresariales, en una mejora en la transmisión de la misión, visión y valores de la compañía… En definitiva, tener una estrategia de comunicación interna puede repercutir positivamente en los resultados de tu compañía.
#3. Imagen percibida
La identidad corporativa de cualquier empresa o marca es el conjunto de todas sus signos y valores: la personalidad, razón de ser y estar, colores, olores, sentimientos que despierte… La imagen que trasmita la empresa o la marca a través de todos estos atributos, hará que se diferencie fácilmente de los demás, colocándose por delante o por detrás, dependiendo de la efectividad y calidad de esa identidad.
Todos tenemos una identidad y estamos, aunque no lo sepamos, comunicando y lanzado mensajes a los demás, y esta imagen visual es nuestra carta de presentación.
Tu empresa debe poseer una identidad propia, tener establecidos unos valores, una visión, una misión… Todos esos rasgos característicos que definen la imagen de tu organización son la base a través de la cual tu compañía construye su forma de ser y actuar (no tan sólo a nivel interno, sino también externo).
Una vez realizado este proceso, es necesario que midamos la eficacia de nuestra comunicación a través del análisis nuevamente de nuestra identidad e imagen percibida. Si es coincidente con nuestros objetivos, nos mantendremos vigilantes y realizaremos trabajo de mantenimiento del posicionamiento. Si no es coherente con lo planificado, se tomarán las medidas pertinentes para llegar al objetivo fijado.
Es importante recordar que el posicionamiento es un proceso que se trabaja de manera constante y a largo plazo, y que es imposible conseguir un posicionamiento coherente y consistente si no se ha implicado a toda la organización en este proceso, si no hay un apoyo claro de la dirección y si no se comunica de forma adecuada a todos los empleados y colaboradores de la compañía.
Pero hagamos énfasis en el empleado.
Pues bien, sí es importante comunicar al exterior (a los consumidores), pero es igual de importante, o incluso más, comunicar al interior de la empresa (a los empleados), puesto que los empleados son los mejores (y en ocasiones, los peores) voceros de la compañía: ejemplo: si un empleado de cualquier empresa habla muy mal del lugar en que labora frente a un grupo determinado, es muy probable que éste modifique su conducta y/o sus pensamientos en torno a la empresa.
Es por ello que las empresas deben acentuar las formas en las que la comunicación une a los miembros en interpretaciones compartidas de la realidad de la empresa. Para lograr este objetivo, es menester desarrollar una cultura corporativa o ideología organizacional que generará normas, valores y creencias en los miembros de la empresa.
La cultura corporativa tiene la encomienda de dirigir las acciones de los empleados, de proporcionar una lógica a los comportamientos y acciones organizativas y, lo más importante, posicionar una imagen positiva de la empresa en la mente del empleado.
Estas acciones son las que van a forjar la lealtad y la fidelidad del empleado en torno a la empresa y las que van a permitir que el empleado hable bien al exterior de la misma.